Qué mejor manera de inaugurar el blog que presentando al ave más hermosa de América y que ha inspirado el nombre de este espacio dedicado al rescate de la cultura y tradiciones de los pueblos originarios americanos: el Quetzal.
El Quetzal, que luce su esmeralda brillante en la fotografía de arriba, es un ave perteneciente a la familia de los trogones que vive en los bosques de niebla, en México. Se les llama bosques de niebla porque se encuentran en lo alto de las montañas, por lo que suelen cubrirse de niebla al amanecer y al atardecer. Por lo mismo estos bosques son húmedos, fríos y con abundante lluvia.
En numerosos lugares de México pueden encontrarse bosques de niebla, pero el quetzal vive sólo en los de Chiapas. Su cuerpo suele medir 40 centímetros aproximadamente, más o menos el tamaño de una gallina. El macho se diferencia de la hembra por los rasgos de su cola, la mide hasta dos veces el tamaño de su cuerpo.
¿Ya notaste la similitud entre sus colores y los de la bandera de México? ;) |
La principal fuente de alimento del quetzal son los insectos y las frutas como moras y aguacates silvestres. Es muy difícil de divisar en el bosque debido a los colores de su plumaje, que lo confunde con el follaje siempre húmedo, y también porque es muy silencioso.
A pesar de ser tan sigiloso, no es raro que se reúnan cinco o seis de estas aves para volar por doquier y entonar su bellísimo ululato, sobre todo de febrero a junio, cuando es época de cría.
El quetzal siempre ha desempeñado un papel central en la mitología prehispánica y moderna de la región. Se trataba de un ave sagrada para muchos de los pueblos originarios de mesoamérica, los mayas lo llamaban Kukul, mientras que los aztecas lo conocían como quetzaltototl, es decir "ave de plumas ricas y estimadas". Como puede deducirse, sus plumas valían mucho y servía como moneda, las cuales eran intercambiadas por mantas, comida, jade para confección de artesanías, entre otros.
Para los ancestrales mexicanos el quetzal representaba la riqueza y la fertilidad, como así también la victoria y el valor. Es por ello que sus plumas podían verse en el penacho del gran jefe y otras pocas personas importantes.También eran utilizadas para exaltar altares y arreglos para los dioses o en los escudos de los mejores guerreros.
Matar a un quetzal significaba la pena de muerte y sólo unos pocos tenían la autorización de atraparlo con extremo cuidado: ¡sólo con las manos! Tras haber sido atraído imitando el llamado del quetzal, y ya en manos de su captor, se le quitaban las plumas de la cola y era puesto en libertad. Las plumas volvían a crecerle en poco tiempo.
El quetzal también es el ave nacional de Guatemala. De hecho, una leyenda guatemalteca sostiene que el quetzal solía cantar hermosamente antes de la conquista española y que ha quedado callado después, pero cantará otra vez cuando la tierra esté libre de verdad.
Y allí se encuentra el fundamento simbólico del bautizmo de esta web: el Canto del Quetzal no es sino la esperanza de recuperar y valorar nuestras raíces.